DESPÓTICA PIRATERÍA

Despótica piratería, la del monarca marroquí reiterada y consentida por USA, UE y por España, entidad administradora de la RASD según las resoluciones de la La Haya y de la ONU. Despótica, por el trato que da a sus súbditos, hasta el extremo de enviarlos a la muerte para satisfacer sus codiciosas rabietas.

España ocupó el Sáhara Occidental en 1936 para “defensa de Canarias”, explotación de la pesca y los fosfatos, no sin resistencia y frecuentes escaramuzas con el MLS (Movimiento de Liberación del Sáhara) de Bassiri, creado en 1968, en el que se inspira el Frente Polisario desde 1973. España dio la nacionalidad e incluso la presencia en las Cortes franquistas para su “incorporación” o control.

A la muerte del dictador y presumiblemente con acuerdo entre los dos monarcas, Hasan II y Juan Carlos I, porque no podía ser de otra forma, se desarrolla la operación “Laisa” comandada por USA (documentación acreditada en telegrama de Kissinger). Convirtiendo el engaño de “marcha verde” sobre el Sáhara Occidental en justificación del Acuerdo Tripartito de Madrid de 1975. Todo esto sin papeles y a cambio de una finca-palacio para Juan Carlos, que se conozca, arriando la “bandera” de la vergüenza española. Se expulsó a una parte importante del pueblo saharaui, 150.000, al exilio-refugio de Tinduf en desierto argelino, donde aún siguen superviviendo.

El Tribunal de la Haya y las 129 resoluciones de la ONU, la última 4825 de 20 de Octubre de 2020, han respetado y exigido el derecho de Autodeterminación del Sahara Occidental, negando la tesis de ocupación de Hasan II y atribuyendo la responsabilidad a España como potencia administradora. En su día se envió un cuerpo de la ONU, la Minurso, para mediar y realizar el referéndum de autodeterminación que inicialmente aceptaron ambas partes, el Frente Polisario que rige los derechos del pueblo saharaui y Marruecos, que rompió el citado acuerdo.

En una trumpada más, USA reconoce en diciembre de 2020 a Marruecos como soberana del territorio, porque “para eso soy el jefe”, trasgrediendo todas las resoluciones de la ONU, a cambio de apropiarse de los fosfatos, pagando a Mohamed 1.200.000 euros, reforzamiento militar “porque es un baluarte anticomunista” y exigiendo el reconocimiento de Israel, controlando el Estrecho de Gibraltar, convertido en canal de la piratería.

Ahora, en otra treta más, utiliza el ingreso humanitario de Ghali alto mandatario de la RASD (República Árabe Saharaui Democrática) para otra marcha acuática sobre Ceuta, que lleva a la muerte a 4 de sus súbditos para nuevo episodio de afrenta al pueblo español.

RASD reconocida por 84 Estados, incluyendo la Organización Unión Africana en 2002, nos reclama nuestra responsabilidad como potencia colonizadora, obligada por Resoluciones de la ONU para ejercer la administración de su territorio y colaborar en la ejecución del derecho de autodeterminación.

Destacable la gestión del gobierno ante la Comisión Europea y su Parlamento para exigir la condena de la piratería marroquí, la inclusión de Ceuta y Melilla en territorio Schengen y la solución del territorio del Sáhara Occidental en razón de los acuerdos internacionales y resoluciones del ONU, lo que por cierto se tenían que haber realizado los gobiernos anteriores, UCD y AP antecesores de PP, puesto que ellos fueron los que arriaron la bandera española.