Comunicado al respecto del oso disparado en Casavegas
El pasado sábado 18 de noviembre, en una cacería en el entorno de la localidad palentina de Casavegas, un cazador ha disparado a un oso pardo al confundirlo con un jabalí.
Siendo especie protegida y reconociendo la posibilidad de confundirlo fácilmente con un jabalí, entidades como la Fundación Oso Pardo (que llega a utilizar términos como “jabaloso”) y las administraciones públicas que la financian defienden la compatibilidad de la caza con la protección del oso.
Quienes defienden la caza mayor recurren al argumento de que su actividad ayuda a controlar la superpoblación de jabalíes, que causan pérdidas a los agricultores y peligrosos accidentes de tráfico. Sin embargo, este supuesto servicio trata de justificar una mera actividad de recreo que, independientemente de la opinión que nos merezca, pone en peligro el bienestar y la recuperación de especies protegidas o en vía de extinción cuando se desarrolla en zonas y/o parques naturales de especial protección animal.
FAADA y Ecologistas en Acción advierten de la ineficacia de las batidas de jabalíes para controlar su población, ya sea para reducirlas o para alejarlas de puntos concretos. Estas organizaciones proponen alternativas éticas basadas en la esterilización sobre un porcentaje de la población, conteniendo así su crecimiento y dispersión, así como la actuación sobre zonas de cultivo delimitando vallados y con especies que ahuyenten a los jabalíes.
Los datos revelan que estas cacerías tampoco reducen la población a corto plazo, pues los cazadores ya demostraron en la batidas de 2013 en el Monte el Viejo de Palencia, en que dieron muerte a un porcentaje mínimo de la población de jabalíes, dejando malheridos a varios ejemplares, con la amenaza que esto supuso para los usuarios de esta zona de esparcimiento los días siguientes a las batidas. Este mismo escenario se repite en nuestros montes tras cada cacería, aunque pase desapercibido a quienes no frecuentan estas zonas.
Desde IU Palencia entendemos la necesidad de conciliar la recuperación del oso con la actividad humana y el desarrollo económico de la montaña palentina; reconocemos por tanto el esfuerzo y el trabajo de todos los agentes implicados en este proyecto de convivencia y reconciliación del ser humano con el medio. No obstante, hechos como el acontecido el pasado sábado deja en evidencia la tarea por hacer. Un trabajo de concienciación y de priorización de la protección del entorno natural, de cada uno de los elementos del ecosistema, por encima de actividades de ocio que no son decisivas para la actividad económica de la zona, ni deberían tener relevancia en el futuro. Cuestionamos también esa compatibilidad entre la caza mayor y la protección del oso por la frecuencia de estos incidentes.
Instamos por ello a la Junta de Castilla y León a asumir su responsabilidad por su nefasta política medio ambiental. Han sido múltiples las ocasiones en que ha demostrado su falta de sensibilidad con las especies protegidas y su negligencia en la gestión cinegética en el parque natural de Fuentes Carrionas, mostrándose aliados en la defensa de intereses compartidos con ADAJA, Sociedades de Cazadores y la Federación de Caza de Castilla y León.